jueves, 2 de julio de 2009

Ángeles o demonios

El modo en que actúan las influencias astrológicas sigue siendo un misterio a principios del siglo XXI, se barajan numerosas hipótesis a cual más plausible, pero no está claro, la influencia astrológica continúa siendo enigmática.

Hace años pretendimos averiguar el modo en que actúan estos influjos, pensamos que los planetas son emisores de ondas electromágneticas de una determinada frecuencia, y que en su batir constante forman ciclos de tiempo que actúan como un reloj biológico, y en buena parte eso es evidente que es así, pero no resuelve la incógnita.

Parece incuestionable que si hay algo que se emite desde el cielo astrológico, lo emiten los planetas o éstos actuan como canales de emisión, así que podemos decir que una parte del misterio está resuelto; los planetas emiten, no sabemos de qué manera, un influjo que nos afecta y nos influye en el temperamento, en el carácter, en las afinidades electivas de personas, colores, músicas, bailes, intereses, tiempos o lugares, es decir, la influencia de los astros nos hace preferir una cosa o una persona en vez de otra.

Lo que es más complicado de aclarar es cómo recibimos esa influencia, a través de que órgano de percepción. La influencia astrológica no se percibe con ninguno de los cinco sentidos, eso es evidente. No se sabe como recibimos los mensajes del cielo, podemos barajar hipótesis con las limitaciones propias de cada uno. Creo que los receptores de las emisiones celestes están localizados en la zona craneal. Tenemos todo un sistema de recepción de ondas electromágneticas formado por los cristales microscópicos de hematites, se trata de los cristales de mayor índice de refracción, mucho mayor que el diamante.

Los conocimientos que nos transmiten los científicos actuales no permiten comprender la función de ciertos materiales cristalinos, el poder de los critales. Sea como fuere se puede pensar que en nuestra corteza craneal hay unos cristales semejantes a los que componían las emisoras de radio antiguas, donde cada cristal captaba una determinada longitud de onda, cada cristal podía conectar con una emisora determinada. Pues algo así tenemos en la cabeza donde se van recibiendo lo que emiten las diferentes emisoras planetarias que van cambiando todo el tiempo, como los mensajes de Facebook. La hipótesis es que tenemos conexión con un superinternet celeste que nos conecta con todo lo que se emite desde el Universo, incluyendo la música de los planetas.

Si aceptamos que desde los planetas recibimos una influencia, que los planetas emiten algo que nos influye, que nos hace tender hacia un tipo determinado de vida, que nos lleva a buscar un tipo determinado de persona para relacionarnos, que nos influye a la hora de depositar nuestro voto democrático, que interviene en los gustos por los colores, por los sabores, que esa influencia inclina a organizarse la vida de un modo u otro, es lícito pensar; ¿Quién hay detrás de esto? ¿Qué tipo de inteligencia ejerce ese influjo? ¿Cómo llamarle a eso?.
Podemos pensar que son como pastores celestes, se les puede ver así, nosotros ovejas, algunas descarriadas, y los influjos de los plantetas, los pastores, pero pastores de valla eléctrica, que si te sales te da un zumbido que te quedas frito.

Pero está claro que ni las energías planetarias son pastores ni nosotros ovejas. Los antiguos les pusieron nombre a estos influjos, les llamaban los ángeles y demonios y tanto unos como otro tienen una manera reconocida de actúar. Los ángeles, demonios o influjos planetarios ejercen su acción a través de su interferencia en nuestra mente, primero en forma de inducción, como una persuasión que puede ser más o menos intensa, se percibe como un estímulo que también puede llegarnos a través de otras personas que nos ponen cosas en la cabeza que no teníamos, es decir que interfieren en nuestra mente, que nos tientan, nos instigan o nos inducen a hacer cosas que no pensabamos hacer. Así influyen éstos angeles o demonios, en primera instancia.

Cuando una energía planetaria está sobrecargada, porque no ha podido fluir a causa las condiciones fisicas y sociales de una persona, entonces se experimenta una obsesión, que es el estado en el que la mente se siente asediada algo así como una idea fija que amenaza el equilibrio mental. La obsesión no deja ver claro el asunto que se trata. De esa manera actúa el influjo de los planetas, primero incitan, instigan, nos estimulan, nos tientan, nos hacer sentir que sabemos las cosas por intuición y si no logran fluir de este modo, entonces se sobrecargan y provocan obsesiones, atacan a la mente y la llevan a pensar en cosas que no son propias de la voluntad.
La mente es como un árbol y los pensamientos son como los pájaros, el influjo planetario puede comportarse como una gran bandada de aves que ocupan todo el árbol. Podemos reconocer esos estados cuando ocasionalmente tenemos la mente absoltamente ocupada en un tema, cuando estamos apasionados u obsesionados con algo, de esta manera se ejerce el influjo de los planetas.

Cuando hay mucha carga energética y se llega a la saturación, por que no se ha podido dejar fluir la energía planetaria, entoces surge la posesión, que es cuando perdemos el control sobre nuestros pensamientos, palabras o actos, cuando no tenemos conciencia de lo que hacemos y nos entregamos al influjo celeste, ya sea angelical o demoniaco, depende del tipo de planeta y de la energía que se deben liberar, es en eso momentos cuando estamos poseídos.

Una de las posesiones tipicas de las edades tempranas son las posesiones del influjo del ángel o demonio de Venus, según como se quiera ver. El influjo de Venus incia su emisión entre 14 y 15 años, a esas edades comineza a pasar por la cabeza ideas que interfieren en nuestra mente, pensamientos en temas que antes no teníamos, aparecen personas que nos tientan, nos instigan o nos inducen a hacer cosas que no pensabamos hacer, y así se nos meten en la cabeza los temas románticos. Si no se logra realizar lo que el influjo de Venus demanda que es, que nos acaricen y poder acariciar, que nos besen y poder besar, y que podamos disfrutar de la experiencia de poder hacer el amor con la persona deseada. Si eso no se logra, el influjo planetario o la fuerza del ángel aumenta y aumenta hasta llevarnos a la obsesión y no podernos quitar de la cabeza un pesamiento con contenio romántico o sexual focalizado en una persona de nuestro entorno. Cuando Venus no fluye bien nos obsesionamos con los temas de amores, con una persona que a veces es un amor imposible.

Las personas que llegan a los 24 años si haber podido dejar fluir la energía de Venus suelen caer en el estado de posesión y entonces pierden la conciencia y la dignidad y todos los valores que le habian transmitido sus padres y educadores y se lanzan a una vida sexual lo más desenfrenada posible posesos del ángel o demonio de Venus.

Es cierto que hay personas que padecen frecuentemente este tipo de posesión, suele ocurrir a las personas de Piscis, Libra o Tauro y las que tienen un componente Venus fuerte, y que viven en zonas de influjo saturnino, como pueden ser los paises islámicos o la Meseta española. Se trata de personas que por razones culturales, sociales o religiosas se privan de llevar una vida sexual acorde son su naturaleza y tienen una vida de extremada pobreza sexual, por ello pueden experimentar, primero obsesiones y luego “posesiones” de Venus como los “Amantes de Teruel”.
Podemos imaginar un haz de hilos finos de los que pendemos, un hilo fino atado a cada planeta que en su circular le va dando un mínimo impulso gitarorio al hilo y hace que se mueva algo aquí abajo en nuestra mente. Podemos estar poseídos por una música e ir caturreando todo el rato la misma melodía, podemos igualmente estar obsesionados por una idea del tipo que sea y vamos todo el tiempo pensando en lo mismo hasta que hacemos algo que descarga la energía del planeta.

Podemos estar obsesionados por el influjo lunar por disponer de una Luna fuerte o bien recibida, y entonces siempre se nos notaran 40 kilitos de más, porque el influjo lunar puede incitarte, estimularte o tentarte y tu no puedes parar de comer aunque quieras, eso es una de las maneras en las que se puede estar influído por la Luna. ¿Es un ángel la Luna o un demonio? Creo que la Luna merece un capítulo aparte, pero como el resto de las influencias astrológicas tiene una parte luminosa y otra fuerza oscura.

Se puede estar estimulado por el influjo de Mercurio, entoces sentios la necesidad de hablar, escribir, decir , comnicarnos con los demas´, pero si esto no se lobra entonces nos obsesionamos con nustras ideas le damos mil y una vuelta a un mismo asunto si transcurrido un tiepo no hemos logrado comunicarnos, entonces es cuando puede surgir la posesión, cuando eso ocurre estamos poseídos de la la razón, de la lógica, de la oratoria y hablamos o escribimos más que en otros momentos, e cuando estamos desaforados. En ese estado mental de posesión mercurial, no tenemos en cuenta las necesidades sexuales de nadie, ni las afectivas, ni las estéticas ni las medidas de confort, ni calidad del alimento y un largo etc. Por eso la mayoría de los mercuriales aunque son muy listos, o están escualidos o no disfrutan mucho del amor.